domenica, ottobre 05, 2008

Brasil enfurece ante crisis de Wall Street - 10/05/2008 - El Nuevo Herald

Brasil enfurece ante crisis de Wall Street

SAo PAULO

Oficiales de la bolsa mercantil y de futuros en Sao Paulo, el pasado viernes, cuando los indicadores se vinieron al suelo.
Andre Penner / AP
Oficiales de la bolsa mercantil y de futuros en Sao Paulo, el pasado viernes, cuando los indicadores se vinieron al suelo.

Amedida que la crisis financiera de Estados Unidos cobraba auge, el presidente de Brasil se mostraba desdeñoso, casi alegre, con respecto a los problemas del norte.

''¿Cuál crisis?'' dijo Luiz Inácio Lula da Silva, cuando le preguntaron el mes pasado acerca de la turbulencia financiera. ``Vayan a preguntarle a Bush al respecto''.

Al igual que varios países de América Latina, Brasil ha estado ostentando su confianza, surgida de un deliberado esfuerzo por reducir la dependencia política y económica de Estados Unidos. Pero este lunes, poco después de que el Congreso estadounidense rechazara un rescate financiero por $700,000 millones, Lula marcó un tono muy diferente, diciendo en su mensaje semanal por radio que Brasil, después de todo, no era inmune a los males que se extendían.

''Una crisis con recesión, en un país como Estados Unidos'', explicó a los brasileños, ``puede traer problemas para todos los países''.

En tan sólo unos cuantos días, presidentes latinoamericanos han pasado del regodeo ante la mala fortuna ajena, al temor. A pesar de un firme crecimiento económico en esta década y algunos esfuerzos decisivos por salir de la órbita estadounidense, se percibe nerviosismo respecto a que América Latina, una vez más, no pueda escapar de las conexiones globalizadas en el sector financiero que corren a través de Estados Unidos.

Después de lo que al parecer fue el regodeo en la caída de Lehman Brothers, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pasó de largo la Asamblea General de Naciones Unidas efectuada la semana pasada, optando más bien por una visita a China y diciendo que Beijing ahora tenía mucha mayor relevancia que Nueva York.

No obstante, para este martes, después de que el mercado accionario registrara una caída de casi 778 puntos en Estados Unidos, arrastrando consigo a bolsas latinoamericanas, Nueva York y Wall Street en particular, nuevamente habían cobrado relevancia, al tiempo que Chávez, en una reunión cumbre en Brasil, dijo que la crisis financiera tendría la fuerza de ``cien huracanes''.

Los sacudones de los mercados globales ya están teniendo un efecto a lo largo de América Latina. A medida que nerviosos inversionistas retiraron dinero de mercados emergentes, la divisa brasileña, el real, registró una caída de 16 por ciento contra el dólar, dando como resultado pérdidas por cientos de millones de dólares entre grandes exportadores de alimentos y pulpa de eucalipto.

En México, el descenso en las remesas provenientes de Estados Unidos también son fuente de inquietud, al tiempo que el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, advirtió que el dinero enviado a casa desde el otro lado de la frontera norte podría mostrar un descenso de $2,800 millones, el 8 por ciento, en este año. En Venezuela, una caída en el valor de bonos del país en las últimas dos semanas refleja temores con respecto a la reducción de los precios del petróleo, particularmente debido a que Estados Unidos sigue siendo, por mucho, el mayor comprador de crudo venezolano, pese al deterioro de las relaciones entre ambos países.

El tema, comentan economistas, se relaciona en buena medida con el acceso al crédito, lo cual es necesario para mantener en funcionamiento las economías de América Latina, orientadas a la exportación.

''La contracción del crédito y las limitaciones de liquidez que estamos viendo van a afectarle a todo el mundo'', dijo Alfredo Coutino, prominente economista en Moody's, la agencia de clasificaciones de crédito. ``Eso significa que el costo para empresas latinoamericanas, en particular las que necesitan fondos externos, va a ser mayor''.

La declinación en precios de mercaderías también podría obstaculizar el crecimiento en países como Argentina y Ecuador, al tiempo que el efecto sicológico de una baja en Estados Unidos ya está teniendo reverberaciones a lo largo

de mercados accionarios en América Latina. Eso podría conducir a una reducción

del gasto familiar, el cual

ha impulsado buena parte del crecimiento reciente

en la economía de Brasil,

en particular, destacaron economistas.

Algunos gobiernos también están vinculados directamente a las instituciones estadounidenses que han ridiculizado, como en Venezuela, donde el gobierno ha perdido aproximadamente $300 millones en inversiones relacionadas con Lehman.

Ricardo Sanguino, director del comité de finanzas de la Asamblea Nacional de Venezuela, dijo que las pérdidas eran menores si se comparaban con las reservas del Banco Central, que ascienden a más de $30,000 millones, y con decisiones previas de cambiar una parte de esas reservas a oro, sacándolas de bancos de inversión en Estados Unidos y llevándolas a bancos suizos.

''La crisis nos afecta porque no somos una economía completamente cerrada, pero el impacto no será desastroso'', dijo Sanguino.

Con la mayor disciplina fiscal, algunos países han

erigido fondos de estabilización que deberían ayudarles a atemperar las consecuencias del caos en Wall Street, dijeron economistas. El gobierno de Brasil ya le dio instrucciones a su Banco Nacional deDesarrollo (BNDES), para que extienda $2,500 millones en créditos a exportadores agrícolas para la siguiente cosecha, a fin de prevenir una desaceleración considerable.

Otros países en la región pudieran enfrentar más complicaciones. Antes de la

crisis, la inversión exterior ya había bajado en Bolivia

y Ecuador, donde los gobiernos, rebosantes de ingresos antes que los precios de

mercaderías empezaran

a declinar, habían nacionalizado empresas extranjeras, chocando con algunas multinacionales.

Argentina, aún bajo el peso de la deuda, ahorró mucho menos que Brasil o Chile durante su expansión económica. Ahora, enfrenta un descenso en los precios de mercancías, particularmente en semilla de soya, su principal exportación, y tendrá menor flexibilidad para inyectarle dinero a sus industrias, dijeron analistas. En semanas recientes, el gobierno argentino, percatándose de que pudiera no alcanzar objetivos fiscales, se ha concentrado en inversionistas internacionales para ganar nuevos fondos, y se ha apoyado en Venezuela para refinanciar miles de millones de dólares en deudas. Pero con el descenso de los precios del petróleo, Venezuela pudiera imponerle condiciones más estrictas sobre los préstamos a la Argentina.

Incluso antes del sobrecalentamiento de Wall Street, el tendón de Aquiles de la región -- alta inflación -- estaba apareciendo en varios países, notablemente en Venezuela, Bolivia y Argentina. Los economistas habían estado advirtiendo desde hacía meses que si Argentina no podía controlar la creciente inflación, podría dirigirse a su propia crisis financiera.

Para algunos países, una perspectiva reconfortante en la tempestad podría ser China, que se ha convertido en un fuerte socio para la exportación latinoamericana de soya, petróleo y otros productos. Si el crecimiento de China se mantiene robusto, el país asiático seguirá apoyándose en Brasil y Argentina con respecto a este cultivo. El mes pasado, en un viaje a China para firmar un acuerdo enfocado a triplicar las exportaciones petroleras a este país, Chávez podría terminar reduciendo la dependencia de su país en el mercado estadounidense.

''El mundo nunca será el mismo después de esta crisis'', declaró Chávez ante reporteros en Brasil. ``Tiene que surgir un nuevo mundo, y es un mundo multipolar. Nos estamos desacoplando del vagón de la muerte''.

Otros presidentes, como Lula, han pasado de mostrarse desdeñosos hacia la crisis a sentirse claramente enojados con Wall Street y Washington.

''Nosotros hicimos lo que se suponía que hiciéramos para poner en orden nuestra casa'', declaró un enojado Lula este lunes. ``Pasaron años diciéndonos qué hacer y ellos mismos no lo hicieron''.